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domingo, 29 de enero de 2017

Sesión sobre poesía (I)

I.                    Gustavo Adolfo Bécquer, “Del salón en el ángulo oscuro”, de Rimas (1868)


Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!

¡Ay! pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: «¡Levántate y anda!».


Pertenece a la rima VII, que tiene como tema la poesía y la creación literaria, teniendo en cuenta que para Bécquer la poesía es el sentimiento, y el sentimiento es la mujer.

II.                    Rubén Darío, “Canción de otoño en primavera”, de Cantos de vida y esperanza (1905)

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...

Juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver...!
Cuando quiero llorar, no lloro...
Y a veces lloro sin querer...

Cantos de vida y esperanza testimonia un cambio en la evolución de Darío. La exaltación de lo estético y lo exótico cede terreno a otros temas más personales y reales: la religión, el paso del tiempo, el futuro de la cultura hispana.

III.           Juan Ramón Jiménez, “Álamo blano”, de Canción (1936)

Arriba canta el pájaro
y abajo canta el agua.
(Arriba ya abajo,
se me abre el ama.)

¡Entre dos melodías,
la columna de plata!
hoja, pájaro, estrella;
baja flor, raíz, agua.
¡Entre dos conmociones,
la columna de plata!
(¡Y tú, tronco ideal,
entre mi alma y mi alma!
Mece a la estrella el pájaro,
a la flor mece el agua.
(Arriba y abajo,
me tiembla el alma.)

Pertenece a su etapa suficiente, a partir de 1936: obras escrito en verso libre, en las que Juan Ramón Jiménez se identifica, en un éxtasis místico, con Dios.

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